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En menos de un año, los precios en la factura de la energía se han incrementado entre un 200% y 300%, colocando al sector contra las cuerdas. Con los precios actuales, la factura energética subirá en el sector del aluminio más de 300 millones de euros. La nueva situación geopolítica que afecta a Europa sitúa a España en un panorama incontrolado, arrastrando a las empresas del sector a una realidad muy por encima de lo que pueden soportar por sí solas con las actuales reglas de juego

La Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficies (AEA), que representa a más de 600 empresas del sector, quiere manifestar su profunda preocupación y demandar la toma de decisiones y la adopción de medidas inmediatas ante la crisis energética sin precedentes a la que asistimos. Desde el verano pasado, se viene sufriendo un alza del precio del gas y de los derechos de emisión que, con el recrudecimiento de los acontecimientos en las últimas semanas en Ucrania, ha explotado llevando a las empresas del aluminio a una situación límite.

Europa en general y el sector metalúrgico en particular lleva más de medio año atravesando una escalada de costes de la energía, materias primas y transportes no vistos hasta ahora. Todo ello ha llevado a tensionar los balances de sus empresas, poniéndolas contra las cuerdas, y haciendo que sean ya demasiadas las que se plantean la viabilidad de sus actividades. Es así como se empieza a asistir a paralizaciones en la producción de muchas de ellas o a cierres de plantas.

En los últimos días se ha vivido una escalada nunca vista de los precios de la energía eléctrica, alcanzando el pasado 8 de marzo un máximo histórico con el precio medio en 547 €/MWh. Para empresas como las de AEA, para las que la electricidad es un factor primordial en su proceso, esta escalada y volatilidad llegan a determinar no sólo su competitividad, sino en algunas su supervivencia.

Las empresas se enfrentan con la dificultad de repercutir estos incrementos en sus precios de venta o asumir unas cuantiosas pérdidas por un periodo de tiempo indeterminado. Y es que, con la regulación actual, nadie puede asegurar que ese techo no pueda superarse en el futuro, ni hasta qué límite, ni por cuánto tiempo.

En menos de un año, la energía ha pasado de suponer una media de un 20-22% de los costes totales de una de estas empresas a triplicarlo. Un porcentaje que sigue subiendo en las últimas semanas. Entre el verano y diciembre de 2021, las facturas de electricidad de los productores de aluminio europeos han aumentado en más de un 300%, representando ahora más del 80% del precio de venta del aluminio actual.

Con los precios actuales, la factura energética subirá en el sector del aluminio en España más de 300 millones de euros, importe equivalente a financiar la construcción de cuatro hospitales.

Dentro de la industria del aluminio en España, solo el sector de la transformación está compuesto de 395 empresas con 568 plantas, proporcionando empleo de forma directa a más de 17.000 trabajadores cualificados. La cifra de negocios agregada del sector supera con creces los 4.000 millones de euros.

En España se produce un 10% del total de los productos laminados y extruidos de toda Europa, siendo el tercer país de Europa en transformación de aluminio, muy cerca de Alemania e Italia. La industria transforma más de 1,3 millones de toneladas de aluminio al año, de las cuales se exportan más de la mitad a los mercados europeos e internacionales más competitivos, lo que lo convierte en un sector netamente exportador y con fuertes expectativas de crecimiento.

Así lo deja patente el momento actual que vive el sector en cuanto a demanda, la cual se ha visto incrementada en más de un 21% respecto a los tiempos previos a la pandemia, evidenciando no solo una recuperación exponencial tras los peores momentos del estado de alarma, sino el potencial de un sector cada vez más demandado.

«Si esta situación persiste tan solo un poco más, más empresas se verán obligadas a cerrar o a presentar ERTES, ante la imposibilidad de ser competentes con los costes energéticos dados. Solo en el sector de la transformación está en juego un 10% de la producción que, traducido en número de empleos, supondría la desaparición automática de 2.000 empleos directos de personal especializado».

Solo desde octubre de 2021 y a consecuencia de la dramática subida de los precios de la energía, Europa ha perdido más de 650.000 toneladas de su capacidad de producción anual.

Empieza a darse una situación en la que el aluminio, una materia prima crítica, puede dejar de llegar a las más importantes cadenas de valor de la industria española y europea, con las consecuencias que esto puede tener para los sectores del transporte, el embalaje, la construcción, la maquinaria y el equipamiento, los bienes de consumo o la ingeniería eléctrica de nuestra economía y la de la zona euro.

Además, se suma a la escasez y el incremento de los precios de otras materias primas básicas para la producción del sector, que hacen esta situación cada vez más insostenible. Asimismo agregar que, previsiblemente, la competencia con otros mercados por las mismas materias primas será cada vez será mayor y más difícil.

La nueva situación geopolítica que afecta a Europa dibuja un panorama todavía más agravado, casi desbocado, arrastrándo a una realidad muy por encima de lo que un sector como el del aluminio puede soportar por sí solo con las actuales reglas de juego.

Así, desde AEA reclaman la adopción de medidas por parte de las autoridades españolas y europeas inmediata ante un tejido industrial en grave riesgo que requiere estabilidad en sus costes de producción.

Solicitan medidas urgentes que pasen por desvincular el precio de la electricidad al precio del gas de la factura para estabilizar los precios. Así, piden la actuación decidida del Gobierno ante la Comisión Europea para modificar el sistema marginalista de fijación de los precios de la energía eléctrica, “si es posible con carácter definitivo, o al menos temporalmente”, añaden.

Sugieren implantar precios regulados para sectores extremadamente dependientes del coste de la energía, de forma temporal, con una hoja de ruta para su eliminación gradual.

También estiman pertinente poner en marcha Ayudas de Estado para empresas afectadas por los altos precios, compatibles con lo expresado por la Comisión Europea.

Apelan a la Comisión y a los colegisladores a que actúen sin demora y sin que les tiemble el pulso para proteger los puestos de trabajo europeos y la producción nacional de aluminio de una mayor desinversión, “lo que además podría poner en jaque a las sucesivas partes de la cadena de producción”.

Solicitan de la administración española la máxima implicación en esta cuestión y la adopción de cualesquiera otras medidas oportunas en las que tengan capacidad de acción tendentes a paliar la actual crisis energética sin precedentes, dándoles el máximo impulso posible.

Demandan descargar la factura eléctrica de los componentes de recaudación que dependen directamente del Gobierno español. Y señalan, “no hay excusas, ya que la Directiva de la UE sobre fiscalidad de la energía y la Directiva sobre el IVA ofrecen flexibilidad a los Estados miembros”.

Por último, manifiestan su firme apoyo en la toma de decisiones y su total predisposición a colaborar en este proceso.

Fuente Comunicae