La aplicación de los principios de la economía circular implica la modificación de los procesos productivos de las empresas
Hoy en día la economía circular despierta un gran interés por su implicación medioambiental, pero está preocupación no solo se limita a la sociedad sino que también las empresas empiezan a apostar por ella al ser una vía para reducir los impactos ambientales, sociales y económicos de carácter negativo. Tanto es así que la adopción de los principios de la economía circular por parte de la sociedad llegará a generar en Europa un beneficio neto de 1.800 millones de euros hasta 2030, según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur.
El origen de este nuevo modelo surge del carácter finito de los recursos. Hasta ahora, y desde hace más de 200 años, el modelo utilizado se ha basado en “extraer, fabricar, usar y desechar”, lo que ha permitido un desarrollo económico sin igual para la humanidad. Lo que busca la economía circular es reducir, de forma gradual, el consumo de estos recursos finitos. Sin embargo, ¿qué implicaciones tiene para la empresa la aplicación de una economía circular? Y, lo que es más importante, ¿cuáles son sus beneficios?
Cambios en los procesos del tejido empresarial para la adopción del modelo
En la actualidad, el pacto para la economía circular en España ya cuenta con más de 250 empresas y asociaciones adscritas. Ayming, grupo internacional de consultoría en la mejora del rendimiento empresarial, ha querido analizar qué implicación tiene para las empresas apostar por este modelo.
En primer lugar, las empresas que apuesten por la economía circular deben de enfrentarse a un importante cambio en sus procesos. Rediseñar, repensar, refabricar, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar la energía son claves para lograr una valoración de los recursos materiales y que vuelvan al ciclo productivo de nuevo. Esto implica un aumento de la vida de los recursos y una menor generación de residuos, lo que da lugar a una optimización masiva de los recursos utilizados y, por tanto, a un aumento de la rentabilidad de la empresa.
“Desde Ayming hemos colaborado con una empresa especializada en un proyecto cuyo objetivo era conseguir la reutilización de cenizas volantes procedentes de los procesos productivos como nueva materia prima, creando otros productos de valor añadido para los sectores de la construcción y obra civil, con el que se lograron mejoras a nivel económico, medioambiental y de conocimiento. Las principales fueron la reducción del consumo de materias primas y de los residuos generados gracias a su reaprovechamiento en otros procesos productivos. Pero, además, se consiguió un incremento de la rentabilidad de los procesos, gracias al aprovechamiento de materiales que se trataban inicialmente como residuos, y se consolidó el conocimiento sobre los compuestos y las variables del proceso”, afirma Aaron Cristóbal, consultor de innovación de Ayming.
Sin embargo, las modificaciones en los procesos no solo afectan de forma interna a las empresas, sino que tienen una consecuencia directa en el modo en el que la sociedad las percibe, consiguiendo mejorar su reputación empresarial. Los consumidores están cada vez más concienciados sobre el impacto medioambiental de las empresas y promover una economía circular puede ser un rasgo diferenciador positivo respecto a otras compañías del sector.
Pero no solo eso, la aplicación de un modelo basado en la economía circular permite generar un entorno que favorece la innovación y permite a las empresas promover ideas transformadoras que pueden dar lugar a modelos de negocio o a mejoras de un modelo existente. Esto tiene un efecto directo en la eficiencia de la empresa.
Por otro lado, existen mecanismos de financiación para proyectos de economía circular como, por ejemplo, la reutilización de residuos, la reducción de CO2 o la creación de nuevos productos con materiales sostenibles…En este sentido, “desde Ayming colaboramos con una empresa del sector químico que logró 1,5 millones de euros para un proyecto de captura y valorización del CO2”, asegura Aarón Cristóbal.
Para Aarón de Ayming, “la economía circular es un modelo en el que no solo quiere estar la sociedad, sino que las empresas y sus empleados también demandan estar presentes, principalmente por tratarse de un modelo más sostenible, creativo, participativo, eficiente, productivo y generador de empleo. El modelo de economía circular no es una moda más, es el futuro”.
Fuente Comunicae